Berta, según sus compañeras, tiene la cabeza llena de fantasmas. Quizá s no le gusta la realidad... Un día, mientras recuerda a su padre, que se fue una madrugada y nunca más ha vuelto, se le acercan un par de z apatos, unos zapatos misteriosos que la seguirán a todas partes. Bert a, según sus compañeras, tiene la cabeza llena de fantasmas.